David Bowie: el arte de la influencia
Del teatro Kabuki japonés a Harry Styles. En su carrera David Bowie fue influenciado e influenció a un sinfín de artistas de distintas generaciones.
Hoy, 8 de enero, celebramos el nacimiento de David Robert Jones repasando algunas de las fuentes de inspiración más inesperadas del gran duque blanco y dos semillas que germinaron gracias a su inacabable imaginación.
Dos influencias
El teatro Kabuki
El teatro Kabuki (forma de teatro japonés tradicional que se caracteriza por el drama estilizado y el uso de maquillajes elaborados) fue una de las grandes influencias de Bowie. Llegó a la vida del astro británico de la mano de la estilista Yasuko Hayashi y el diseñador Kansai Yamamoto e impregnó su propia esencia artística. En el diseño de los vestuarios, el maquillaje, la forma dramática de moverse en escena se identifican rastros de la expresión corporal nipona.
Lindsay Kemp
Lindsay Kemp (bailarín, coreógrafo y mimo) fue otra gran fuente de inspiración para Bowie. La conexión entre ellos generó en el músico un despertar creativo completamente inusitado que lo ayudó a crear algunos de los personajes míticos de la historia del Rock.
“No le enseñé realmente a ser un artista o un mimo -ha dicho Kemp- sino a exteriorizarse más a sí mismo. Yo le permití liberar su ángel y a su demonio interior”.
Desde que sus caminos se cruzaron en 1968 hasta la temprana muerte de Bowie en 2016 la relación entre ambos se mantuvo.
Bowie como inspiración
Historia de la moda
La historia de la moda de los últimos 40 años no sería lo misma sin la estela del astro musical. Marcas o diseñadores como Givenchy, Jean Paul Gaultier o Alexander McQueen hurgaron en el placard de Bowie para traer al siglo XXI indumentaria que llevaba su sello distintivo y que sirvió para consolidar una estética única, elegante y completamente personal.
Harry Styles
Harry Styles inició su carrera como integrante de la boyband “One Direction”. Tras unos años, este joven cantante decidió probar suerte como solista y diseñó su imagen bajo el paraguas bowieano.
Pese a que musicalmente se encuentra muy alejado del creador de Ziggy Stardust, su estilo andrógino, elegante y galmoroso es una clara reminiscencia de quien es un ídolo para el joven artista.
David Bowie fue una galaxia. Fue Ziggy, fue el duque blanco, fue Aladdin. Fue una constelación luminosa que hoy, a 75 años de su nacimiento (y ya a algunos de su partida) sigue iluminando el camino y empujando los límites de la imaginación gracias a su influencia única e irrepetible.
¡Gracias por tanto, David!