Poesía infantil: cuando sobran los motivos
El juego. Los sonidos. Las palabras.
El juego con sonidos y con palabras.
Las sorpresas. Los desafíos. Las ideas. Las emociones.
Entender y sentirnos entendidos, en compañía.
¿Por qué creo que acercar a los más chicos a la poesía es un gran plan?
Hay estudios científicos que concluyen que al escribir y escuchar poesía se agudiza la habilidad de los niños de escuchar (y segmentar) los sonidos más pequeños de las palabras, es decir, los fonemas. Así como este, debe haber decenas de estudios similares que exponen los beneficios del inicio temprano en la poesía, pero prefiero quedarme con el juego, con los sonidos, las palabras, las sorpresas, los desafíos, las ideas, las emociones.
Cuando era chica, un colegio de la zona invitaba a los alumnos de los colegios vecinos a un certamen de poesía, canto, etc. Jamás participé porque no iba con mi naturaleza subirme a un escenario en frente de cientos de personas, pero me gustaba mucho aprender los poemas de memoria en la soledad de mi cuarto. La idea no es hablar de mí ni de la relación pasada o presente con la poesía, sino de la relación de los niños en general con la poesía.
Así, a mí me gustaba memorizar, pero a otro capaz eso es lo último que le interese y prefiere detenerse en los sonidos, en si el poema tiene o no rima o qué juegos de palabras haría él. Otro tal vez tenga la sensibilidad para llegar a ese lugar profundo al que otros jamás llegarán (¡y no hay ningún problema con que no lo hagan!), mientras que algún otro querrá analizarlo hasta el hueso y al de al lado solo le guste cómo suena. Otro quizás busque, a sabiendas o no, emocionarse, reír, llorar… Como estas, muchísimas otras posibilidades.
Estos niños pueden ser todos. El mismo niño puede ser todos, también, dependiendo la hora, el día, la semana o el año. Pero, en definitiva, para eso la clave es que la poesía esté a su disposición, bien cerquita esperando ese llamado para una lectura en la soledad de una carpa de juguete o en el sillón con toda la familia un viernes a la tarde antes de comer. Por eso, tenemos que dejar poesías y más poesías al alcance de los niños, y cuanto más temprano mejor.
Les dejo dos recomendaciones en español y una en inglés que ojalá les sirva para seguir explorando este gran universo de juego e imaginación.
– 44 poemas para leer con niños. Selección de Mar Benegas
Se trata de una recopilación imperdible de poemas escritos por autores clásicos y contemporáneos de España, Colombia, Chile, Argentina, México, Perú, Uruguay, Venezuela y Cuba. El diseño acompaña la lectura y Mar Benegas propone ideas, sueños o preguntas para despertar la sensibilidad.
– Árboles, de Mario Benedetti
La contemplación del mundo y de la naturaleza a través de la mirada y la pluma de Mario Benedetti y la interpretación del ilustrador Javier Zaba. Un libro para leer y releer muchas veces.
Aquí, un pequeño fragmento:
“La modestia delos árboles es infinita.
Cuando la brisa matinal los acaricia,
ellos dejan caer dos hojas tiernas.
Y cuando el vendaval los agrade sin piedad,
endurecen sus ramas como rejas.
Su tronco recobra entonces la solidez
De su origen, y el temporal se aleja,
con lluvia de vencido”.
– The Caterpillar Magazine (www.thecaterpillarmagazine.com)
Es una revista irlandesa para espiar periódicamente, que propone, además de poemas para niños, cuentos e ilustraciones bellísimas para disfrutar con los más chicos. Desde el 2015, convoca anualmente a un premio de poesía infantil.
¿Qué otro libro de poemas recomendarías?