Una playlist deliciosa
Cientos de personajes desnudos en situaciones extrañas que bordean el sinsentido, frutas desproporcionadas y animales sacados de la imaginación. Pocas obras despiertan tanto la curiosidad como el Tríptico del Jardín de las delicias, del pintor neerlandés, Jheronimus Bosch (El Bosco).
Como su nombre lo indica, el tríptico está formado por tres tablas: la tabla izquierda representa el paraíso; el panel central, el “falso paraíso”; y la tabla derecha, el infierno. El artista condena la música profana, el juego, la codicia y la avaricia a través de imágenes extrañas y surrealistas… ¡cuando el surrealismo todavía no existía!
Para zambullirte en la obra, te invitamos a ponerte los auriculares y descubrir los fascinantes acontecimientos imaginados por el artista a través de algunas canciones que llevan el mismo nombre que la pintura. Del pop más acérrimo a la electrónica experimental; del folk sutil a la música de cámara. Una montaña rusa sonora que nos lleva hacia a un mundo de desconcierto y belleza.
Un detalle antes de empezar:
En el panel del infierno hay un instrumento musical aplastando a un hombre con el tatuaje de una partitura musical. Pese a que el detalle pasó inadvertido durante siglos, una estudiante americana logró transcribir la música a una notación moderna y grabarla al piano. Lo que escuchamos en Butt music (única canción de la playlist que no lleva el título El jardín de las delicias) es quizás la música que imaginó el genio de Hyeronimus Bosch como banda de sonido del mismísimo infierno.